No es un solo espejo, sino una multitud de espejos rectangulares cuyo marco vuelve a estar, como una frágil matrioska de cristal, hecho de espejos, esta vez de colores. Un gran objeto decorativo que no solo es útil, sino también muy escenográfico gracias a la sucesión y superposición de figuras geométricas que crean la composición, casi como si se tratara de una pintura abstracta. La base es de DM y las dimensiones son considerables, con una altura de 120 centímetros y una anchura de 70 centímetros.