En esta obra vemos representadas tres orquídeas de pétalos blancos, en la parte inferior presentan un tallo oscuro, prácticamente negro, mientras que en el centro tienen un pistilo amarillo que se difumina con el naranja. Es una composición muy luminosa, con el efecto de una fotografía, como si el artista Edgar Ramirez hubiera realizado un cuadro a partir de su misma toma. Señalamos este aspecto porque los pétalos se cortan por el marco del cuadro, por lo que las flores no quedan perfectamente dentro del lienzo, lo que recrea una especie de efecto zoom. Estas tres flores descansan sobre un fondo gris muy claro realizado con pinceladas de diferentes densidades, recreando de esta forma un patrón similar al de la niebla de la mañana. Un gris tan claro que corre el riesgo de mezclarse con la blancura de las orquídeas si no fuera por la línea de contorno negra y ligera que roza los pétalos.
Además de ser un hermoso tema floral, se trata también de un bonito complemento de decoración. Las medidas ya se prestan a esta visión: 50 cm de alto por 150 cm de ancho. En las fotos de la galería hemos colocado este cuadro, acrílico sobre lienzo, en un salón blanco con un sofá gris. Aunque estamos seguros de que en un ambiente decorado con colores más fuertes, este cuadro también aportará un contraste muy agradable.