La escultura de pared de metal es muy colorida, por lo que es ideal para aportar color y alegría a zonas como la cocina, el vestíbulo o el trastero de una casa, aunque se puede colocar en cualquier estancia. Para esta composición, el artista ha jugado mucho con los tonos de plata y cobre en lo que respecta a los semicírculos, mientras que los anillos, que tienen diferentes tamaños y formas, están adornados con matices cromáticos dorados, verdes, azules, amarillos y rojos.
El marco sobre el que se adhieren los anillos y semicírculos está formado por finos tallos de metal que aportan dinamismo e innovación a toda la composición. Decorar un espacio con una obra de este tipo significa aportar un toque de diseño a las paredes, haciendo que el ambiente sea más fresco y colorido. Además, gracias al proceso artesanal con el que se ha realizado el cuadro, tendrá la garantía de poseer una escultura de pared única y de gran valor estético.