En este cuadro vemos representada una composición floral formada por flores abiertas y brotes. Estos últimos son de un tono naranja pálido, mientras que las flores abiertas tienen una tonalidad abstracta multicolor. Distinguimos claramente la presencia de los tres colores primarios plasmados con gruesas pinceladas sobre el fondo blanco de los pétalos. La atmósfera creada por los matices nos transmite un aire romántico, casi de cuento de hadas. Los colores, manteniendo su forma precisa, acaban tocándose unos con otros, creando una especie de opacidad en toda la figura. Las flores están sostenidas por ramas, estas a su vez hacen buena presencia sobre un fondo que mezcla el blanco con distintas tonalidades de marrón, naranja y amarillo. Sobre todo este fondo es como si se hubiera pasado un pincel seco que ha impreso una cuadrícula en toda la obra, una textura que coloca un velo invisible sobre todas las figuras.
Esta obra mide 50 cm de alto por 150 cm de ancho. La ha realizado el artista Paolo Rossini con la técnica de acrílico sobre lienzo. Además de su valor artístico, no se debe olvidar la belleza puramente estética de la obra, comparable a un maravilloso objeto de diseño que con su mera presencia decora una pared. En las fotos de la galería se puede ver un ejemplo de decoración en el que hemos combinado este cuadro.
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